¿ Quién no ha querido en algún momento de su vida pasar desapercibido, ser casi invisible?
Y quién no ha dicho alguna vez la frase ¡Tierra trágame!
En estos casos nos gustaría que no se nos viera, ser invisibles.
Creemos que nos conviene y pensamos que nos perjudica, si es al revés.
Por el contrario, en los casos que os voy a mostrar, se busca la invisibilidad, no porque convenga al objeto en sí, sino para darnos la excepcional oportunidad de imaginar que el hombre no es demasiado agresivo con el paisaje e intenta mantenerlo “libre de intervención humana”
Son construcciones que han sido diseñadas, con amable inteligencia, para no afear el paisaje, para mimetizarse con él.
Las habitaciones del Tree Hotel, situado en Harads, Suecia, se han construido en los árboles. Estas habitaciones son cubos de 4x4x4 m, formados por una estructura de aluminio ligero, revestidos con espejos. El exterior refleja el entorno y el cielo y así se consigue el efecto de invisibilidad.
Desde el interior se puede disfrutar de una visión de 360 grados de los alrededores.
Para evitar que las aves choquen contra el cubo de cristal, los cristales se han laminado en un color transparente ultravioleta, visible sólo para las aves.
Otro estupendo ejemplo de invisibilidad es la torre Infinity, en Seul, proyectada por GDS Architects.
Está diseñada de modo que unas cámaras, colocadas en las caras del rascacielos, graban y proyectan en tiempo real sobre las pantallas de led que conforman su silueta, las imágenes que se podrían ver si el edificio no estuviese, logrando así , la sensación de invisibilidad.
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